
Riesgos de limitar alzas de rentas en México
Expertos advierten que controlar las alzas de rentas podría deteriorar las ciudades y afectar el valor catastral.
Limitar por decreto las alzas de rentas de vivienda en México es una propuesta que, aunque bienintencionada, podría generar consecuencias negativas profundas en el mercado inmobiliario nacional. Intervenciones gubernamentales de este tipo, si no se diseñan con precisión, corren el riesgo de desincentivar la oferta de propiedades en alquiler, creando un efecto contrario al deseado: menos opciones disponibles y un aumento de la competencia por las pocas unidades existentes. Esta escasez puede derivar en un mercado negro de arrendamientos, donde los acuerdos se realizan al margen de la ley, dejando desprotegidos tanto a inquilinos como a propietarios. Sin contratos formales, no hay garantías sobre depósitos, mantenimientos ni plazos, abriendo la puerta a abusos y conflictos que el sistema legal no puede mediar.
Otro efecto adverso de gran calibre es la erosión del valor catastral de los inmuebles. El valor catastral, base para el cálculo de impuestos como el predial, está ligado al valor de mercado de una propiedad. Si las rentas se congelan o se limitan artificialmente, el valor comercial de los edificios de apartamentos y casas en alquiler se estanca o disminuye. Esto impacta directamente las finanzas de los municipios, que dependen de la recaudación del predial para financiar servicios públicos esenciales como alumbrado, pavimentación y seguridad. Una caída en esta recaudación se traduce, a mediano plazo, en un deterioro de la infraestructura urbana y de la calidad de vida en las colonias, afectando a todos los ciudadanos, no solo a quienes rentan.
Finalmente, la falta de rentabilidad para los propietarios reduce drásticamente los incentivos para invertir en el mantenimiento y mejora de sus viviendas. Un arrendador que no percibe un retorno justo sobre su inversión difícilmente destinará recursos a reparaciones, remodelaciones o actualizaciones necesarias. Este abandono progresivo conduce al deterioro del parque habitacional, afectando la seguridad y el bienestar de los inquilinos. En lugar de promover vivienda digna, una regulación estricta sobre las alzas de rentas puede terminar fomentando la decadencia de edificios y barrios enteros, un fenómeno observado en otras ciudades del mundo que han implementado controles de precios sin considerar las dinámicas completas del mercado. En el contexto económico actual de México, donde la inflación y el acceso a la vivienda son temas centrales, entender estos riesgos es crucial. La decisión de controlar los alquileres no es solo una cifra en un contrato; impacta directamente en la calidad de las ciudades, la inversión futura en construcción y la seguridad jurídica de millones de familias, ya sea que busquen un hogar para rentar o que dependan de esa renta como un ingreso.