
Peso sufre revés frente al dólar: ¿Qué pasó?
La relación peso dólar se tensa por factores externos. Te explicamos el 'efecto dominó' en los mercados.
La paridad peso dólar enfrentó una jornada de alta volatilidad, llevando a la moneda mexicana a registrar una depreciación significativa de más de 20 centavos. Este movimiento no fue un hecho aislado, sino la consecuencia directa de una serie de reajustes en las expectativas de los mercados internacionales, los cuales se encuentran estrechamente ligados a la política de Estados Unidos. Inversionistas y analistas financieros reevaluaron por completo el escenario global ante la creciente percepción de que las advertencias arancelarias del expresidente Donald Trump podrían no materializarse en acciones concretas. Esta nueva perspectiva generó un rápido reacomodo de capitales que terminó por impactar directamente a las divisas de mercados emergentes, siendo México uno de los principales afectados por su cercanía geográfica y comercial.
Este ‘efecto dominó’ se originó en la simple idea de que, sin la presión inminente de nuevos aranceles, los bancos centrales de otras potencias económicas tendrían muchos menos incentivos para intervenir agresivamente en sus políticas monetarias. En consecuencia, diversas divisas que se habían fortalecido como un refugio temporal ante la incertidumbre perdieron su atractivo, mientras que el dólar estadounidense, por el contrario, ganó terreno de forma considerable a nivel global. Para la economía mexicana, esta dinámica resulta de vital importancia debido a la profunda e ineludible relación comercial que existe con su vecino del norte. Aunque el Banco de México (Banxico) ha mantenido una postura de cautela, la notable sensibilidad del tipo de cambio frente a los ciclos políticos y económicos de EE. UU. sigue siendo un factor determinante e ineludible para la estabilidad financiera del país.
La reacción inmediata del peso también funciona como un claro reflejo de la incertidumbre interna y, sobre todo, de la manera en que los flujos de inversión responden a las señales globales. Cuando el apetito general por el riesgo disminuye entre los inversionistas, estos tienden a buscar la seguridad y liquidez del dólar, vendiendo activos denominados en monedas que son consideradas más volátiles, como el peso. La fortaleza que había mostrado la paridad peso dólar recientemente se había sostenido, en gran parte, por el atractivo diferencial de tasas de interés que ofrece México en comparación con Estados Unidos. Sin embargo, la intensa especulación sobre el futuro de la política comercial norteamericana fue un catalizador suficiente para revertir de manera temporal esa tendencia alcista, demostrando la fragilidad del equilibrio cambiario actual.
Este episodio subraya la interconexión de la economía mexicana con el entorno global. La fluctuación del tipo de cambio no es solo una cifra en las pantallas financieras; influye directamente en el costo de las importaciones, desde la gasolina hasta la tecnología, y puede presionar la inflación. Comprender estas dinámicas permite anticipar cómo las decisiones políticas lejanas tienen un eco directo en la economía familiar y en el poder adquisitivo de todos en México.