
Minería en México: 97% es víctima de delitos
La inseguridad pone en jaque la inversión en la minería en México, afectando su competitividad global.
La minería en México enfrenta una de sus crisis más severas, no por la fluctuación de los precios de los metales, sino por una amenaza interna: la delincuencia. Según datos alarmantes de la Cámara Minera de México (Camimex), un abrumador 97% de las empresas del sector han sido víctimas de algún tipo de delito. Esta cifra no es solo una estadística, sino el reflejo de una realidad que ahoga las operaciones diarias y pone en riesgo la viabilidad de la industria a largo plazo. La inseguridad se ha convertido en el principal obstáculo para el crecimiento, superando incluso las complejidades regulatorias y fiscales que tradicionalmente preocupaban a los inversionistas. La extorsión, el robo de minerales y equipos, y las agresiones a personal son solo algunos de los crímenes que las compañías mineras deben sortear constantemente, generando un clima de incertidumbre que frena nuevos proyectos y expansiones.
Este sombrío panorama tiene consecuencias directas en la competitividad del país. La más reciente encuesta del Fraser Institute, un referente global en la materia, posiciona a México en el lugar 84 de 86 jurisdicciones evaluadas en materia de seguridad, una de las peores calificaciones a nivel mundial. Esta percepción de riesgo aleja el capital extranjero, que prefiere destinos más estables, y obliga a las empresas ya establecidas a desviar presupuestos millonarios hacia la seguridad privada, recursos que podrían destinarse a la innovación, la exploración o el desarrollo comunitario. La falta de un Estado de derecho efectivo en vastas regiones del territorio nacional deja a la industria en un estado de vulnerabilidad crítica, afectando no solo a los grandes consorcios, sino también a la extensa cadena de proveedores y contratistas locales que dependen de ella. El impacto económico trasciende las pérdidas directas; se traduce en una erosión de la confianza y una advertencia para la inversión futura en la minería en México. Sin una estrategia gubernamental contundente para garantizar la seguridad, el sector, pilar clave de la economía en estados como Zacatecas y Sonora, enfrenta un futuro incierto.