
Impunidad dispara la informalidad en México
Canaco CDMX advierte que la falta de sanciones fomenta una economía informal de baja productividad.
El crecimiento de la informalidad en México no es un fenómeno casual, sino la consecuencia directa de un marco institucional frágil y una impunidad generalizada. Esta es la contundente advertencia emitida por la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco) de la Ciudad de México. La organización subraya que tolerar la expansión del sector informal equivale a aceptar un modelo económico definido por su baja productividad, condiciones laborales precarias y un sistemático desacato al estado de derecho. Esta realidad genera una severa competencia desleal para los negocios formales que sí cumplen con sus obligaciones fiscales, laborales y regulatorias, frenando con ello el potencial económico del país.
La debilidad de las instituciones se manifiesta en la falta de reglamentos claros y, sobre todo, de una aplicación consistente y firme de la ley. Cuando los mecanismos de supervisión son laxos y las sanciones resultan inexistentes o fácilmente eludibles, el incentivo para operar al margen de la formalidad se multiplica de forma exponencial. Este problema no solo afecta a pequeños puestos, sino que abarca un amplio espectro de actividades económicas que evaden contribuciones fiscales y de seguridad social, privando al Estado de recursos cruciales para la inversión pública en salud, infraestructura y educación. La impunidad funciona como el catalizador de este ciclo vicioso, enviando el claro mensaje de que el incumplimiento no acarrea consecuencias significativas.
Este diagnóstico resulta crucial en un momento en que México busca rutas para una recuperación económica que sea verdaderamente sostenible. Comprender que la informalidad es en realidad un síntoma de problemas mucho más profundos —la impunidad rampante y la fragilidad de nuestro estado de derecho— es el primer paso indispensable para poder diseñar políticas públicas efectivas y duraderas. Para los ciudadanos, esta situación se traduce directamente en un ecosistema de permanente incertidumbre y desigualdad, donde las oportunidades de desarrollo dentro de un empleo formal y seguro se ven limitadas por un sistema que con frecuencia parece premiar la ilegalidad.