
EU y China negocian tregua arancelaria clave
El futuro de la tregua arancelaria se decide en Suecia. Descubre cómo podría impactar al peso y tu bolsillo.
La tregua arancelaria entre Estados Unidos y China, pilar de la estabilidad económica global, enfrenta un momento decisivo. Delegaciones de ambas superpotencias iniciaron negociaciones en Suecia, terreno neutral donde se busca extender el cese de hostilidades comerciales y abordar temas críticos. Sobre la mesa están asuntos complejos como el combate al tráfico de fentanilo, problema que afecta la seguridad en Norteamérica, y el futuro del petróleo sancionado, cuyas fluctuaciones de precio impactan los mercados energéticos. Este diálogo es crucial, pues un fracaso podría reavivar una guerra comercial con consecuencias para economías como la de México.
Para México, el resultado es de vital importancia. Como principal socio comercial de Estados Unidos bajo el T-MEC, nuestro país se encuentra en una posición sensible. Una extensión de la tregua arancelaria consolidaría las oportunidades de nearshoring, atrayendo más inversión extranjera que busca cadenas de suministro seguras y cercanas. Empresas en sectores clave como el automotriz, electrónico y manufacturero, desde Tijuana hasta el Bajío, dependen de la certidumbre en el comercio global. Por el contrario, un regreso a los aranceles punitivos podría generar volatilidad en el tipo de cambio, encarecer insumos y complicar el panorama para las exportaciones, afectando la estabilidad del peso.
Más allá de los aranceles, la agenda revela la profundidad de las tensiones. La cooperación contra el fentanilo es una exigencia prioritaria de Washington, buscando frenar la entrada de precursores químicos. Beijing, por su parte, utiliza su postura en este y otros temas, como las sanciones petroleras, como moneda de cambio para obtener concesiones tecnológicas y comerciales. El éxito de esta ronda no se medirá solo por el acuerdo comercial, sino por la capacidad de ambas naciones para encontrar terreno común en asuntos que definen la geopolítica actual. El equilibrio de poder y las reglas del comercio para la próxima década podrían gestarse en estas reuniones. Este pulso diplomático entre gigantes no es una noticia lejana. Para México, define el entorno en el que competirán nuestras empresas y el valor de nuestra moneda en los próximos meses. Un acuerdo sólido puede significar más empleos y estabilidad, mientras que un conflicto reavivado representa un riesgo directo para la economía familiar y nacional.