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EU y China negocian acuerdo arancelario
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EU y China negocian acuerdo arancelario

Las potencias se reúnen en Estocolmo para buscar un acuerdo arancelario antes de la fecha límite de agosto.

Forbes Staff

Un nuevo capítulo en la saga comercial entre Estados Unidos y China se escribe en Estocolmo, donde delegaciones de alto nivel buscan concretar un acuerdo arancelario definitivo. La presión es máxima, ya que la administración del presidente Donald Trump ha fijado el 12 de agosto como fecha límite para alcanzar un pacto duradero. Este encuentro no es uno más en la lista; representa un esfuerzo crucial por desactivar las tensiones que han marcado la relación entre las dos economías más grandes del mundo, cuyas disputas tienen la capacidad de alterar las cadenas de valor a nivel global y generar incertidumbre en los mercados financieros internacionales. Para la economía asiática, lograr un pacto estable es vital para mantener su ritmo de crecimiento y calmar a los inversionistas.

Mientras las potencias ajustan sus fichas, México observa el tablero con especial atención. La estabilidad de las cadenas de suministro globales, de las que depende gran parte de la industria manufacturera y automotriz nacional, está directamente ligada al resultado de estas negociaciones. Un recrudecimiento de la guerra de aranceles podría complicar el panorama para las exportaciones mexicanas, no solo hacia Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, sino también hacia otros mercados. Por otro lado, la tensión persistente ha impulsado el fenómeno del nearshoring, donde empresas buscan relocalizar sus operaciones en países más cercanos y seguros, como México, una oportunidad que el país podría capitalizar si el conflicto no escala a un nivel que deprima la economía mundial.

Un fracaso en Estocolmo podría significar la imposición de nuevas y más severas tarifas, afectando el costo de productos electrónicos, textiles y de consumo masivo. Este escenario impactaría directamente en la inflación y en el poder adquisitivo de los consumidores en México. Por el contrario, un acuerdo arancelario exitoso podría estabilizar el tipo de cambio peso-dólar y ofrecer un respiro a la economía global. El resultado de estas conversaciones en la capital sueca es, por tanto, un termómetro clave para el futuro del comercio internacional y definirá en gran medida el entorno económico para México durante el resto del año, influyendo en decisiones de inversión y en la confianza empresarial.

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Fuente: Forbes.com.mx

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