
desaceleración económica Méxicocreación de empleo formalcrisis de empleo en México
Alerta por Desplome del Empleo en México
La drástica caída en la creación de empleo formal enciende las alarmas del sector productivo nacional.
maricruz.gonzalez
La desaceleración económica en México se manifiesta con una claridad preocupante en el mercado laboral. Durante el último año, la creación de puestos de trabajo formales se ha frenado de manera drástica, una señal de alerta que resuena desde la base empresarial del país. Según cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en los pasados doce meses apenas se generaron 6 mil nuevas plazas laborales, una cifra ínfima si se compara con los 432 mil empleos creados en el periodo anterior. Esta diferencia abismal no es solo una estadística, sino el reflejo de un motor productivo que pierde fuerza y pone en riesgo la estabilidad económica de miles de familias mexicanas.
Este enfriamiento tiene consecuencias directas y tangibles. Un menor ritmo en la generación de empleo formal significa una reducción en el poder adquisitivo de la población, lo que a su vez contrae el consumo interno, un pilar fundamental para el crecimiento. Además, la recaudación fiscal, gestionada por el SAT, se ve directamente afectada, limitando la capacidad del gobierno para invertir en infraestructura y programas sociales. Para el sector empresarial, el panorama es de incertidumbre. La falta de condiciones favorables para la inversión y la complejidad del entorno regulatorio desincentivan la expansión y la contratación, creando un círculo vicioso difícil de romper.
La advertencia de la comunidad empresarial, representada por organismos como COPARMEX, subraya la urgencia de implementar políticas públicas que fomenten la confianza y reactiven la inversión productiva. El fenómeno del nearshoring presenta una oportunidad histórica para México, pero su aprovechamiento depende de contar con un mercado interno sólido y dinámico. Ignorar estas señales podría llevar a un estancamiento prolongado, afectando la competitividad del país. Es imperativo que sector público y privado colaboren para revertir esta tendencia y asegurar que la desaceleración económica sea un tropiezo temporal y no el inicio de una crisis más profunda, garantizando un futuro próspero.
Este enfriamiento tiene consecuencias directas y tangibles. Un menor ritmo en la generación de empleo formal significa una reducción en el poder adquisitivo de la población, lo que a su vez contrae el consumo interno, un pilar fundamental para el crecimiento. Además, la recaudación fiscal, gestionada por el SAT, se ve directamente afectada, limitando la capacidad del gobierno para invertir en infraestructura y programas sociales. Para el sector empresarial, el panorama es de incertidumbre. La falta de condiciones favorables para la inversión y la complejidad del entorno regulatorio desincentivan la expansión y la contratación, creando un círculo vicioso difícil de romper.
La advertencia de la comunidad empresarial, representada por organismos como COPARMEX, subraya la urgencia de implementar políticas públicas que fomenten la confianza y reactiven la inversión productiva. El fenómeno del nearshoring presenta una oportunidad histórica para México, pero su aprovechamiento depende de contar con un mercado interno sólido y dinámico. Ignorar estas señales podría llevar a un estancamiento prolongado, afectando la competitividad del país. Es imperativo que sector público y privado colaboren para revertir esta tendencia y asegurar que la desaceleración económica sea un tropiezo temporal y no el inicio de una crisis más profunda, garantizando un futuro próspero.